Fiesta de la ´Virgen de la
Puerta´ declarada patrimonio nacional
Esta es una de las festividades más importantes del norte
del país celebrada desde el 15b de diciembre de 1664.
La Festividad de la Virgen de la Puerta de Otuzco, en la
región La Libertad, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, según la
Resolución Viceministerial Nº 065-2012 del Ministerio de Cultura, publicada en
el boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano.
El reconocimiento obedece a la gran devoción que suscita
entre sus fieles y su antigüedad de casi 350 años, que constituye un referente
de identidad local.
La fiesta se conmemora anualmente desde el 15 de diciembre
de 1664 en Otuzco y tiene su origen cuando, ante la alarma de una invasión de
piratas europeos, se colocó la imagen de la virgen en las puertas de la ciudad
para impedir el saqueo.
El retiro de los piratas fue considerado un milagro de la
virgen y desde entonces surgió el nombre y el culto de la imagen “Virgen de la
Puerta”.
La celebración comienza formalmente el 12 de diciembre,
fecha en la que se arregla el altar de la virgen y se culmina la novena en su
honor. En la noche, se lleva a cabo una verbena popular.
El 13 de diciembre es conocido como “El alba” y corresponde
a los maestros de Otuzco hacerse cargo del desfile, de la retreta en la plaza
de Armas y fuegos artificiales. Asimismo, el párroco inicia la celebración de
una secuencia de misas.
Un día después la imagen de la llamada “Mamita de la Puerta”
baja de la iglesia a los brazos de sus cargadores (miembros de la hermandad), a
partir de un mecanismo que permite deslizar a la imagen por un madero inclinado
provisto de un riel.
El desplazamiento, lento y lleno de solemnidad, se realiza
en medio de la música de las bandas, canciones y la algarabía de los distintos
grupos folclóricos y de la abrumadora presencia de peregrinos que han llegado a
saludarla.
El 15 de diciembre es el día central y su mejor expresión es
la procesión de la virgen a lo largo del pueblo. La multitud es compacta y tan
enfervorizada que resulta imposible desplazarse en otra dirección que no sea el
recorrido prefijado para la imagen.
Al día siguiente la virgen recibe la veneración de sus
fieles en el atrio de la iglesia y por la tarde “sube a su trono” mediante el
mismo mecanismo utilizado para su bajada. En la tarde, se lleva a cabo una
corrida de toros y por la noche una misa de acción de gracias finaliza la
festividad.
En Otuzco, la fecha es mucho más que una celebración local,
pues no menos de 100,000 personas copan todos los espacios posibles de la
ciudad y durante una semana (del 11 al 16 de diciembre) se vive el frenesí de
lo que se considera como la fiesta tradicional más importante del norte del
país.
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